A LOS 27 DÍAS DE MAYO...

Libro Blanco sobre RCTV

Intrducción

El objetivo del presente Libro Blanco del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela es difundir la verdad acerca del cese, por vencimiento del plazo legal, de la concesión de espacio radioeléctrico otorgada en usufructo a la empresa mediática venezolana Radio Caracas Televisión (RCTV). Asunto éste que ha sido manipulado y tergiversado con evidente intención política de confundir a la opinión pública nacional e internacional sobre la legalidad y legitimidad de la acción gubernamental, presentándola como un acto arbitrario e ilegal.

La no renovación de la concesión otorgada a RCTV, al término de su vencimiento, es una prerrogativa legal del Gobierno, pero, además, una exigencia de la sociedad civil venezolana ante las graves faltas en materia de responsabilidad social de la empresa mediática RCTV. Por ello, el Gobierno Bolivariano no tiene nada que ocultar sobre el citado asunto, por el contrario, expresa su voluntad de total transparencia democrática al brindarle a sus ciudadanos y a los de otros países, mediante la presente publicación, la necesaria información sobre este caso para que puedan llegar por sí mismos a sus propias conclusiones. Con este fin, les ofrecemos a los lectores una caracterización inicial de la situación de los medios en Venezuela.

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Las Mentiras se propagan a una velocidad súmamente acelerada. La Derecha, en su intento de regresar al poder, muestra sus garras, a través del espejo que día a día tenemos frente a la cara: El televisor.


Es cierto que la televisión es un poder y quien lo maneje tendrá en sus manos la posibilidad de torcer o enderezar conciencias.


Desde la Revolución Bolivariana, a lo largo de todos estos años se ha impulsado el valor que tienen los medios de comunicación e información, como concepto de principios, valores y ética, donde no prevalezcan las caracterísiticas capitalistas dañinas y perversas que invaden día tras día la vista de nuestros hijos.



De todo se ha dicho del por qué salió del aire la extinta RCTV -que cabe destacar, hoy en día opera vía internet-. Los que vivimos en Venezuela sabemos qué ocurrió días atrás de aquel 27 de mayo de 2007. Aquel triste canal merecía la NO renovación de la concesión de transmisión, que el Estado administra, como todo el espacio radioeléctrico del país. La intención es que los compañeros fuera de Venezuela sepan los motivos por los cuales se tomó la decisión soberana y le den un paseíto por el libro compartido más arribita; asimismo contamos ahora en el canal 2 a la Televisora Venezolana Social TVES


Por otro lado, por la misma fecha de mayo -pero de hace 42 años- Silvio Rodríguez escribía ODA A MI GENERACIÓN. En esta ocasión, les comparto la versión de cuando aún no existía el  "Érase que se era",  ni siquiera es la versión del concierto en la Sala Avellaneda. 



Espero que la disfruten tanto como yo.





A los veintisiete días de mayo del año setenta
un hombre se sube sobre sus derrotas,
pide la palabra
momentos antes de volverse loco.
No es un hombre,
es un malabarista de una generación.
No es un hombre,
es quizás un objeto de la diversión;
un juguete común de la Historia
con un monograma que dice: «bufón».
Ese hombre soy yo.

Pero debo decir que me tocó nacer
en el pasado y que no volveré.
Es por eso que un día me vi en el presente,
con un pie allá donde vive la muerte
y otro pie suspendido en el aire,
buscando lugar,
reclamando tierra del futuro para descansar.
Así estamos yo y mis hermanos,
con un precipicio en el equilibrio
y con ojos de vidrio.

Ahora quiero hablar de poetas,
de poetas muertos y poetas vivos,
de tantos muchachos hijos de esta fiesta
y de la tortura de ser ellos mismos.
Porque hay que decir que hay quien muere
sobre su papel,
pues vivirle a la vida su talla tiene que doler.
Nuestra vida es tan alta ―tan alta―
que para tocarla casi hay que morir,
para luego vivir.

Yo no reniego de lo que me toca,
yo no me arrepiento pues no tengo culpa,
pero hubiera querido poderme jugar
toda la muerte allá, en el pasado,
o toda la vida en el porvenir que no puedo alcanzar.
Y con esto no quiero decir que me pongo a llorar.
Sé que hay que seguir navegando.
Sigan exigiéndome cada vez más,
hasta poder seguir
o reventar.