lunes, 8 de noviembre de 2010

Silvio y Vicente en Madrid 1979

Con varias semanas sin actualizar este blog de las coyunturas ab-sueltas, hoy les traigo un concierto excelente e histórico realizado entre Silvio y Vicente Feliú en 1979 desde Madrid. En él, destaco 5 canciones de Silvio que hacen de lo histórico -según mi punto de vista- como lo son: Hay quien precisa, Yo digo que las estrellas, una canción de amor, La maza y Balada de las ratas.

En cuanto a "Hay quien precisa" y "Yo digo que las estrellas" son canciones que no había tenido la oportunidad de escucharlas en presentaciones hasta hace unos tres años aproximadamente cuando escuché esta grabación que hoy les comparto.

Para la fecha eran canciones que estaban recién compuestas y pertenecieron a este recital. En cuanto a La Maza, pienso que fue (si no la primera) una de las primeras ocasiones en las que Silvio la dio a conocer. Y con respecto a Balada de las Ratas, debo comentar lo que Silvio dio a conocer en su blog http://segundacita.blogspot.com/ respecto a este tema y es que lo considera como uno de sus peores temas compuestos.

De lo que puedo añadir, es que creo que es uno de sus muy acertados temas en cuanto a contenido, solo que su forma tal vez pudiera apartarse un poco de ese Silvio que nos acostumbró a la poesía "fuera de la vanguardia o evidente panfleto". Si hoy aplicáramos este mismo tema, cabría en cualquier contexto de cualquiera de nuestros países, lamentablemente; pero así ocurriría, en efecto.

Nuestro Gran Trovador introduce esta pieza como: "ésta es una canción contra el oportunismo pequeño-burgués (...)" dando inicio al tema. Sin dudas, en la forma cómo viene planteada la idea de denuncia contra este sector oportunista está el centro de atención; sin embargo, este sector arrimado a las comodidades y lujos siempre en su intento por enquistarse en todas las sociedades (y más aún dentro de una sociedad en plena construcción de la revolución, como Venezuela por ejemplo) donde tenemos aun que lidiar contra esas transnacionales que todavía persisten acá, esos mercenarios de la palabra periodística que tergiversan nuestro empeño en querer una Venezuela más humana y menos egoísta, luchar contra esas lucecitas incandescentes que impiden a muchos visualizar hacia qué rumbo debe tomar nuestra Revolución Bolivariana y Socialista.

En fin, que silvio nos sigue dando luces e ideas con sus canciones para seguir formándonos el Alma, desde el campo literario, musical e ideológico.

Por último, les copio la letra de la canción y más abajo el concierto para que lo escuchen en línea mientras hacen sus labores y que, además, contiene:

1 - Pequeña serenata diurna (Silvio Rodiguez)
2 - Girón Preludio (Silvio Rodriguez Dominguez)
3 - El Papalote (Silvio Rodriguez Dominguez)
4 - Balada de las ratas (Silvio Rodriguez Dominguez)
5 - Los Seguidores (Vicente Feliu)
6 - La Guitarra de lorca (Vicente Feliu)
7 - Pablo (Vicente Feliu)
8 - Esther (Vicente Feliu)
9 - A la carrera del amor (Vicente Feliu)
10 - Nicaragua (Vicente Feliu)
11 - Una canción de amor (Silvio Rodriguez Dominguez)
12 - Yo digo que las estrellas (en concierto) (Silvio Rodriguez Dominguez)
13 - El Mayor (en concierto) (Silvio Rodriguez Dominguez)
14 - Hay quien precisa (en concierto) (Silvio Rodriguez Dominguez)
15 - La Maza (Silvio Rodriguez Dominguez)
16 - Mariposas (Silvio Rodriguez Dominguez)



BALADA DE LAS RATAS

(Silvio Rodríguez)


Me place contemplar
como después del fuego
salen a lucir
las ratas de salón
con maquillaje de aguerrido mal vivir.
Me place porque sé
que todo el verdadero amor
también las ve.
Me place porque son
espuelas para la razón.

Me place ver así
cómo el hocico se les hincha de chillar
después que queda bien
la discrepancia, la polémica, opinar.
Me place mucho ver
cuanto se hunde la ratica
en su quehacer
en su propio pregón
que hiede como la traición.

No es la primera vez que ocurre
cuando ha pasado la candela
siempre hay quien de su hueco surge
para jurar que se desvela
y la bondad y la confianza
de quien es bueno esperanzado
le dé lugar y semejanza
mientras descubre los costados.

Y en nombre de mayor pureza
salen las ratas disfrazadas
que con paciencia y con destreza
quieren trocar el agua en baba.

¿Quién no conoce un buen ejemplo,
quién no ha pasado por sus dientes,
quién no ha soñado echar del templo
a la codicia sonriente?

Me place contemplar como una vez
y otra vuelven a salir
las ratas del salón
que en la limpieza diseñaron el jabón.
Me place porque sé
que esto le perfecciona el músculo a la fe
me place porque son
espuelas para la razón.





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